Para combatir el calor, para aclararse tras un chapuzón en la piscina o, simplemente, para hacer de la ducha diaria una actividad más estimulante, las duchas portátiles de jardín se presentan como una opción a valorar para aquellos afortunados que dispongan de un jardín, patio o terraza en su hogar. Más aún cuando la primavera está a la vuelta de la esquina, el teletrabajo ha llegado para quedarse y pasamos más tiempo que nunca en casa, por lo que estar preparado para combatir el calor se vuelve todavía más imprescindible.

Qué tipos de duchas de jardín existen
Dentro de las duchas de exterior nos encontramos dos grandes grupos: las duchas portátiles y las fijas. La primera alternativa es la más óptima para quienes buscan resolver una necesidad sin complicaciones, ya que su instalación es simple.
Bien sea de trípode o esté pensada para clavar directamente en el césped, tan solo es necesario ubicarlas cerca de una toma de agua y estarán listas para usar. ¡Es la forma más rápida y económica de disfrutar de una refrescante ducha al aire libre!
Para las duchas fijas, el abanico es más amplio puesto que, aunque su instalación es más laboriosa, admiten mucha más variedad dependiendo de los materiales empleados en su construcción:
Duchas de columna
pueden conectarse a la toma de agua a través de la base -para lo que necesitaría obra- o mediante la columna. Dentro de este grupo entrarían las solares que, gracias a un pequeño depósito, ofrecen agua caliente.
Duchas de pared.
Requieren obra, tanto para instalar la grifería como para instalar las tomas de agua. Eso sí, el resultado es mucho más consistente y estético pudiendo integrarse en el estilo decorativo del hogar mediante el uso de diferentes materiales.
¿Es necesario un profesional que se encargue de la instalación?
La respuesta es depende. ¿Buscas una ducha de jardín práctica, fácil de montar y que, además, puedas cambiar de ubicación siempre que lo desees? En este caso seguramente una ducha portátil sea más que suficiente, es una opción económica que te permitirá ducharte al aire libre sin complicaciones.
Con una ducha portátil no necesitarás ayuda para la instalación y además podrás añadirle elementos móviles como un plato de ducha portátil, baldosas de madera para apoyar los pies o paneles decorativos alrededor para que te resulte más acogedora.
En cambio, si quieres tener la máxima comodidad en el exterior de tu casa, decántate por una ducha de pared o de columna, e implícate en desarrollar un bonito proyecto que le de a tu hogar un toque de diseño. El presupuesto será más elevado sí, pero a cambio podrás disfrutar de una ducha exterior de lo más confortable que será la envidia de todos los vecinos.
Recuerda que, en ambos casos, tendrás que tener en cuenta el drenaje del agua. Si la instalación es en el césped, prepara un buen drenaje con piedras o asegúrate que la ducha dispone de cierta pendiente para liberar el agua. Si la ducha va a colocarse en un patio o terraza será obligatorio que disponga de sumidero, caso en el que es probable que necesites la ayuda de un profesional.
Claves para elegir la ubicación perfecta
Posiblemente la ubicación sea la parte que más quebraderos de cabeza produce a la hora de instalar una ducha de jardín. Aspectos como la incidencia de la luz del sol, la cercanía con la toma de agua o el acceso al desagüe se vuelven cuestiones imprescindibles que, si no se tienen en cuenta, pueden llegar a derivar en problemas más graves como encharcamientos o un incremento considerable en el presupuesto si hay que desplazar y reubicar las cañerías.
Habrá otros aspectos menos prácticos a tener en cuenta, como ubicar la ducha en un emplazamiento que no rompa la línea estética del jardín o patio, además de la intimidad que se desee tener. Cuestiones que, por otra parte, tienen más fácil solución. Bastará con elegir un modelo de ducha que encaje en la línea decorativa de nuestro hogar en el primer caso y en el segundo, siempre se podrá recurrir a celosías o a elementos vegetales para hacer de la ducha de jardín un lugar más íntimo.
Cuidados y mantenimiento de la ducha de exterior
El mercado ofrece una amplia variedad de duchas de exterior en diferentes materiales: acero inoxidable, madera, aluminio o PVC. Factor que está directamente relacionado con su vida útil y durabilidad, además de influir directamente en el precio.
Elige materiales que sean más duraderos y resistan de la mejor forma posible a las inclemencias del tiempo. Si quieres que tu ducha exterior sea de madera, busca aquellas que ofrecen mayor durabilidad como la madera de teca y, si buscas una solución práctica, el acero inoxidable puede convertirse en tu mejor aliado.
Independientemente del material que elijas, es aconsejable hacer ciertas revisiones antes de que dé comienzo la temporada de duchas en el exterior. Comprueba que el agua sale correctamente y que el desagüe es capaz de abarcar el agua que cae de la ducha para que no se produzcan encharcamientos.
Un truco: si la cal ha tapado los agujeros por donde sale el agua, haz una mezcla de vinagre y agua. Se llevará los restos de cal y te ayudará a recuperar el brillo inicial.
Al final de la temporada, también es recomendable que cierres la toma de agua, vacíes el agua que pueda en el interior de la ducha -las heladas te pueden jugar una mala pasada y reventar las cañerías- e intenta cubrir la ducha protegerla del mal tiempo. Estos pasos son clave para que puedas disfrutar de las duchas al exterior el máximo tiempo posible.
Un pequeño lujo al alcance de todos
En definitiva, una ducha de exterior es ese pequeño lujo al alcance de todos los afortunados que dispongan de un espacio para su instalación, siendo el complemento perfecto para poner punto final a una jornada de deporte, disfrutar de una ducha refrescante mientras se toma el sol o como colofón a una excursión con niños.